En un día como hoy no podíamos dejar de felicitar a todo los papás del mundo. Y no se nos ocurre mejor manera que demostrando lo especiales que son en nuestras vidas, y más aún en los detalles del día a día.
Cada papá tiene un don especial, eso lo sabemos.
El mío es experto en contar los chistes y reírse él mismo más que nadie, así que acabas riendo inevitablemente con él.
Para otros, su papá es el que siempre le acompaña a los partidos, o con el que comparte un desayuno (con extra de bollería ahora que mamá no nos ve) en el bar del barrio.
Cada papá es único y mágico, sin embargo, muchos niños no tienen la suerte de poder tener ese contacto especial con ellos.
En cambio, sí tienen la suerte de encontrarse con gente maravillosa como Quique, uno de los voluntarios que cada mañana se levanta antes de ir a trabajar para acompañar al colegio a “sus niñas”, como cualquier papá en su día a día.
O como Pedro, que no se pierde ningún partido de Kevin y ya le ha enseñado algún que otro truquito para marcar un gol el próximo sábado.
O como Antonio, que junto a su familia participa en el voluntariado familiar que ya os contamos en el anterior artículo y junto a Aroa, pasaron un fin de semana en grande con las actividades organizadas.
No nos olvidemos de Luis, que cada 2 tardes acude a ayudar a Saray con los deberes.
¿Y qué me decís de Alberto, Juan y Christian? Que gracias a ellos casi todos los niños han aprendido ya a ir en bici ¡menudas risas cuando casi se cae Dylan en el parque!
Todos y cada uno de ellos son únicos también, como el amor que cada día muestran por estos niños. Sabemos que no son sus papás, pero se convierten en personas tan especiales para ellos como si lo fueran.
Se convierten en sus amigos para ir al parque, su abrazo tras soplar las velas del cumpleaños, sus “profesores” cuando hay que estudiar y su motivación para seguir adelante.
Sin duda ellos son tan geniales como cualquier papá del mundo.
Así que para todos ellos…